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Publicado: 13 de Mayo de 2016
El manejo del dinero en efectivo ha sido un pilar fundamental de la venta minorista durante tanto tiempo que resulta difícil pararse a pensar de qué modo tan sutil afecta a los negocios. Los comerciantes minoristas deben ponerse al día en información sobre los nuevos sistemas de cash-handling, o manejo de efectivo, que aportan otras formas de superar las limitaciones en la gestión de efectivo, liberar a su personal y transformar la experiencia del cliente.
Para empezar, diremos que las tecnologías de gestión de efectivo pueden aportar más beneficios que gestionar solamente el flujo de dinero en efectivo de las ventas. Beneficios como eximir al personal de la responsabilidad de manejar grandes cantidades de dinero; permitir diseñar la tienda y el espacio de ventas con un concepto más libre y abierto, o permitir al personal dedicarse con más intensidad al cliente al disponer de más tiempo en su jornada.
LA RESPONSABILIDAD DEL MANEJO DE EFECTIVO
Los empleados de ventas con funciones de caja tienen que enfrentarse a la responsabilidad de manejar grandes sumas de dinero, detectar y prevenir las falsificaciones, proteger el efectivo y asegurarse de que los cuadres de caja sean correctos. Esto puede generar un nivel de estrés que repercuta en el tiempo y la energía que dedican al cliente.
Con un sistema de control de efectivo las monedas y los billetes se introducen en una máquina y dejan de ser responsabilidad del cajero, el cual se ve liberado de esta carga y se puede centrar más en el cliente estando más atento a sus necesidades, haciendo que se sienta a gusto y conversando con él permitiendo entablar la relación de cortesía y confianza necesaria para que el cliente vuelva.
El dinero permanecerá dentro de la máquina, seguro y protegido contra robos, los billetes falsos son rechazados automáticamente sin tener que dar explicaciones y las cuentas quedan perfectamente cuadradas al final de la jornada.
DISEÑO DEL ESTABLECIMIENTO MÁS ABIERTO
Cuando instalamos sistemas de gestión de efectivo en un comercio minorista, el dinero deja de estar accesible, lo cual permite que los establecimientos se puedan diseñar de forma más libre y abierta, con más opciones de personalización. En lugar de las típicas cajas con puestos y barreras para mantener al cliente fuera, el área de cobros puede ser mucho más abierta y el diseño del establecimiento puede cambiar por completo.
Además, las máquinas de gestión de efectivo se pueden personalizar y adaptar a la marca reflejando el diseño y los colores corporativos, logrando una mejor integración en el establecimiento. Por otro lado, el hecho de no tener que estar pendientes de la caja, facilita una mejor planificación y disposición de los espacios de exposición de los productos, que pueden ser asistidos y controlados por los empleados con más disponibilidad.
MAYOR DEDICACIÓN A LA VENTA
Al implantar sistemas de gestión de efectivo, las personas de caja pasan a dedicarse más a la venta en lugar de dedicarse exclusivamente a la transacción. El tiempo que dedicaban a dar el cambio, lo pueden dedicar ahora a la venta y a la atención al cliente: aconsejar sobre productos, acompañar a un probador, informar sobre promociones u ofertas, acompañar en la búsqueda de productos en tienda, etc.
El personal comienza la jornada iniciando sesión en la máquina de gestión de efectivo y cerrándola cuando acaba el turno, sin apenas tocar el efectivo durante ese periodo. Estos sistemas pueden ayudar a aumentar el ticket medio por transacción, ya que el personal puede dedicarse a promocionar las ventas.
Cada vez son más los comerciantes minoristas que se están dando cuenta de que el manejo de efectivo, aparte de no estar relacionado con su actividad principal, consume mucho tiempo y distrae la atención. Buscan, cada vez más, centrarse en el cliente, en las actividades de venta y no solo en recoger y contar dinero.